Hace un par de semanas, mientras platicaba con amigos de mi misma edad (en sus early 30s), les pregunté “¿tienen algún objetivo en el corto plazo, algo que realmente anhelen lograr?”. Lo importante no fue la respuesta (ambos me respondieron planes para hacerse de un patrimonio, ¿Quién no aspira a ello con todo el contexto macroeconómico?), sino el tiempo que tardaron en responder (pasaron aproximadamente 1 minuto en silencio) y me dejó pensando acerca de cómo las personas en ocasiones simplemente “navegan la vida” sin un objetivo en particular.
Una de las preguntas que me hace la gente al escuchar mi historia es “¿por qué decidí estar en este camino?” Si bien es una pregunta que parecería sencilla de responder, creo que la respuesta ha cambiado a lo largo del tiempo.
Visto desde afuera ser emprendedor suena sexy: ser el dueño de tu propio tiempo, tener la libertad de construir lo que tu mente es capaz de concebir, rodearte de gente talentosa, recibir inversión y tener los recursos para tener una vida cómoda y sin preocupaciones.
Sin embargo, muchas veces se subestiman todos los pequeños pasos del día a día que son necesarios y que no todos están dispuestos a dar, los pasos jodidos (navegar la incertidumbre, aprender a permear la visión de tu empresa todos los días, poner atención a detalles que a los demás no les interesan tanto como a ti, tomar decisiones con poca información y ser creativo para lidiar con todas las restricciones).
Es por ello que me gustaría resumir en este post los 6 puntos que me gustaría contarle a mí yo más joven, aprendizajes que he tenido en estos 12 meses de emprendedor; bien decía Voltaire “alguien inteligente es quien aprende de la experiencia de los demás”.
Date el tiempo de elegir a tus cofounders
Un error típico que cometen los emprendedores primerizos es elegir a sus amigos como cofounders, y si bien es importante como equipo tener una química excelente y ser capaces de sobrellevar los malos momentos (bien mencionan que en las buenas, los amigos sobran), no es suficiente para tener éxito en el largo plazo. Daniel Bilbao lo explica genial en su episodio de The Frye Show: “Elige como cofounders a las personas más impresionantes que conozcas. Personas a las que mantendrías en tu empresa aunque te ofrecieran un cheque de 5M para reemplazarlas por un ejecutivo top”. En mi opinión, el equipo ideal son 3 cofounders con roles claros: un CEO generalista, pendiente de las tendencias del mercado y con la capacidad de definir una visión innovadora pero alcanzable, un CTO capaz de construir el MVP (o producto mínimo viable) y capaz de empatar la tecnología con el modelo de negocio y un CGO capaz de lograr una adopción rápida. Los 3 fundadores deben hablar el mismo idioma y encargarse de lograr el ansiado PMF (o product market fit) lo más pronto posible. Si quieres saber más de PMF, puedes leer este artículo donde lo explican de forma genial.
No basta con una buena idea y capital
Hace un par de días un amigo me preguntaba “¿cómo logras que no te roben la idea?” y mi respuesta no pudo ser más sincera: “amigo, cuando estás METIDO en esto te das cuenta de que es tan complejo y son tantos factores los que influyen, que es imposible que un solo equipo los controle todos y por ende la idea se vuelve irrelevante, lo que importa es la ejecución”.
Una buena idea no es suficiente. El capital ayuda, pero no cambia mindsets, ni es suficiente para que el equipo ejecute la visión.
Así que no, no te dejes llevar por el famoso sesgo de selección (LinkedIn es como el Instagram de los profesionales, no todos tienen esa vida perfecta ni el set de skills que presumen tener, ni las cosas son tan fáciles como parecen).
Ser emprendedor no es una carrera por la fama
Cuando inicias el camino del emprendimiento, quieres contar tu historia a los cuatro vientos,y aunque el networking es vital para avanzar en este camino, debes aprender a seleccionar los eventos a los que asistes y el tipo de gente con la que quieres socializar.
De nada sirve un emprendedor que se dedica a ir a tomarse fotos para LinkedIn, pero que al momento de trabajar no quiere saber nada de la operación interna de su startup. Como bien menciona YCombinator (la aceleradora más prestigiosa del mundo): “Tu primer trabajo como CEO es construir un producto que la gente ame; y tu segundo trabajo es crear una compañía”.
Así que sal a hacer networking, pero enfócate en construir una solución 10x mejor que la solución actual y en hacer que la gente la adopte. En los momentos difíciles, lo que te va a levantar es la pasión y la necesidad de completar tu misión, no la fama ni el dinero, de hecho, hay maneras mucho más eficientes de hacer dinero que teniendo una startup.
Salir a levantar capital cuando no estás listo
Esto tiene que ver con el selection bias; me explico, cuando lo único que vemos en los medios son historias de éxito, podemos subestimar lo difícil que es levantar capital. Si aún no eres capaz de responder a preguntas como, por ejemplo: “¿Cómo te vas a defender de la competencia? (i.e., si llega otra startup con 5 millones ¿Qué harás para defenderte?)”, “¿Cuál es tu diferenciador?” “¿Qué has visto que otros no han visto?”, “¿Cómo vas a llegar a 1M de ARR (annual recurrent revenue)?” “¿Cómo vas a llegar a 10M, 100M de ARR…?” “¿Qué penetración necesitas en el mercado?” “¿Cuál es tu estrategia de go-to-market?” entre muchas otras, aún no estás listo.
Tus clientes son más importantes que los inversionistas
Como startup tu principal meta debe ser llegar lo antes posible al ansiado product-market-fit (PMF), o dicho en métricas:
-Llegar a 20,000 USD o más de ingresos mensuales.
Y una vez completado esto:
-Crecer 20% o más mes a mes
-Que el 80% o más de tus clientes sean orgánicos, i.e., que tus clientes actuales ansíen recomendar tu producto.
Por lo que debes enfocarte en hablar con tus clientes, iterar rápidamente, y construir ese producto que amen las personas. Un inversionista puede darte recomendaciones, pero quien verdaderamente sufre un problema y que busca alivio en tu producto es el cliente.
Vende y luego preocúpate por construir
“Construir una startup es como vender los boletos de un vuelo mientras estás construyendo el avión”. No hay una declaración de intenciones más poderosa por parte de un usuario que comprar tu producto (o pagar teniendo la expectativa de resolver su problema a través de tu producto).
Muchos founders esperan tener el producto terminado para salir a vender y tener contacto con clientes. Incluso teniendo el producto terminado, deciden darlo de forma gratuita. Esto puede provocar un sesgo de confirmación y seguir construyendo sobre una hipótesis sin validar.
En fin, la plática podría extenderse y podría escribir sobre miles de aprendizajes más derivados de estar 100% enfocado en mi startup. Espero que estas líneas hayan servido como gasolina a muchos emprendedores que se enfrentan diariamente con las disyuntivas y retos que significa el crear algo desde cero. El trayecto está lleno de altibajos, pero si tu objetivo está claro, encontrarás la manera de hacerlo funcionar.
Ya por el simple hecho de intentarlo y haber logrado sumar a gente tan talentosa a tu emprendimiento, eres un bicho raro, eres parte de ese 1% (o menos) que no se conforma con simplemente navegar la vida.
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Alan, CEO de Wrabbit: Ayudando a la gente de Latinoamérica a invertir en cripto con éxito.