Ha pasado cerca de un año desde que decidí renunciar a mi trabajo en una empresa de consultoría estratégica global - un trabajo que alguna vez había soñado tener. Renuncié para poder dedicarme a tiempo completo a tratar de entender por qué imágenes digitales de estos monos se estaban vendiendo por más de US$6.000 (y eso era en ese entonces, ahora estas imágenes se venden por más de $100 000...). ¿Se imaginan lo difícil que fue explicarle a mi familia y amigos por qué decidí hacer este cambio de carrera? Y mejor ni les cuento lo que es explicarles qué es, en efecto, a lo que me dedico ahora y por qué importa tanto.
COMENCEMOS
En aquel entonces no había mucha gente hablando sobre NFTs, especialmente en Latinoamérica. Tu youtuber favorito no era ningún maestro gurú de los NFTs todavía, y si tenías de foto de perfil en Twitter un ‘Bored Ape’ (a.k.a. el monito), solo significaba que te gustaba apostar los ahorros de tu vida en algo que realmente no entendías porque… YOLO.
Ha pasado más de año y cada día estoy más convencido de que el giro profesional que di fue el correcto. Trabajo en lo que creo será un Internet radicalmente mejorado en comparación al que usamos hoy en día. Todavía hay mucho por hacer para poder atraer a más personas a esta increíble nueva versión del Internet, ya que aún estamos a algunos años de que se vuelva de uso común en la población.
Es bastante probable que hayas leído u oído muchas explicaciones sobre qué es un NFT y que hayas entendido poco o nada. Seguramente solo sonreías y asentías para seguirle la corriente a tu amigo crypto-intenso con el objetivo de que deje de hablar de una vez por todas. La verdad es la siguiente: creo que hemos fallado miserablemente en explicar qué son los NFTs. ¿Por qué? Porque las personas que se autodenominan crypto-expertos disfrutan hacer explicaciones utilizando términos complicados, técnicos y especializados que realmente nadie entiende. Están más interesados en sonar inteligentes que en explicar el tema de manera sencilla. Desde mi perspectiva, no es necesario que entiendas qué es un NFT. Solo necesitas entender qué puede hacer un NFT y para qué pueden ser utilizados. Yo no entiendo cómo funciona el Internet y probablemente tú tampoco; sin embargo, ambos lo usamos todos los días y disfrutamos de sus maravillas. ¡Usamos el Internet cada día sin saber realmente cómo funciona! Quédate pensando en eso un poco… ¡Imagínate! Si no fuera por el Internet, quizás solo tendríamos entre 5 y 10 amigos (bueno, no sé ustedes pero sé que yo sí).
El propósito de este reporte no es que entiendas qué son los NFTs, sino que te des cuenta de cuál es el rol de los NFTs en nuestro futuro y cómo van a cambiar el Internet que conocemos hoy en día. Consideraré este reporte un éxito si es que lo leen cien personas y al menos una deja fluir su imaginación para pensar en todo lo que se puede llegar a hacer con NFTs. Piensa en los NFTs como un lienzo completamente vacío con el que puedes crear lo que se te ocurra, donde la única restricción es tu imaginación.
¿ QUÉ M*** SON LOS NFTS ?
Me considero una persona bastante terca (pueden confirmarlo con mi madre). Por lo tanto, y a pesar de la explicación que hice acerca de lo innecesario que es entender qué son los NFTs, haré un intento. Si no me entiendes no pasa nada, puedes seguir leyendo.
Hay tres términos clave que necesito explicar para poder definir qué es un NFT: (i) la fungibilidad, (ii) los tokens y (iii) los activos digitales.
Probablemente nunca antes hayas oído hablar del concepto de fungibiidad, dejenme que les explique. Según el diccionario, la fungibilidad es "La capacidad de un bien o un activo de ser intercambiable por otro bien o activo individual del mismo tipo”. Lo explicaré a detalle con un par de ejemplos: Digamos que tienes un billete de $100 y tu mejor amigo te pide intercambiarlo por su propio billete de $100 (sé que es una situación extraña, pero sígueme la corriente sólo por esta vez). A menos que el billete de tu amigo estuviese en mal estado (o que seas un mal amigo), lo más probable es que intercambies el billete. ¿Claro y sencillo, no? Ambos billetes valen lo mismo. Por lo tanto, no importa cuál de los dos billetes tengas. Por ende los billetes de dólar son fungibles. En resumen, que algo sea fungible significa que si dos bienes tienen la misma denominación, tienen el mismo valor.
Ahora exploremos el escenario opuesto. Digamos que tu amigo es también tu vecino. Viven en el mismo edificio, en departamentos que tienen las mismas dimensiones, los mismos materiales y hasta el mismo color de paredes. La única diferencia es que tú vives en el décimo piso y él en el primero. Un día a tu amigo se le ocurre una gran idea e intenta convencerte para intercambiar departamentos. Lo más probable es que reacciones con un “NO” inmediatamente. ¿Por qué? Por muchas razones: te encanta la vista que tienes desde arriba o quizás has vivido años allí y le has agarrado cariño. En realidad la razón no importa. Lo importante es que, a pesar de que los departamentos son prácticamente iguales, no tienen el mismo valor para cada persona. Cada individuo asigna un valor distinto (tangible o intangible) que no necesariamente es compartido por todos. El hecho de que estos dos departamentos tengan un valor distinto para tu vecino y para ti significa que un departamento es no-fungible.
¡Listo! Si me seguiste hasta ahora eres un genio. Puedes continuar leyendo, Einstein. Si te perdí o realmente no te importa, no te preocupes. Puedes saltarte a la siguiente sección y te prometo que no me ofenderé.
Ahora, hablemos sobre tokens. ¿Qué es un token? Los crypto-entusiastas piensan que los tokens son un nuevo concepto introducido por Blockchain, pero no podrían estar más equivocados. Los tokens han sido utilizados por la humanidad desde hace siglos. Abramos de nuevo el diccionario. La definición de un token es “Una cosa que sirve como una representación de otra cosa”. Cualquier cosa, yo sé, pero síganme la corriente una vez más para esta explicación. Uno de los primeros usos (registrados) de los tokens fue en el Imperio Romano, ‘el token romano’. Según una teoría, este token era una moneda alternativa que se usaba para pagar servicios a los cuales no se podía asociar la cara del emperador. Podría apostar que no tienes ningún problema para imaginarte que tipos de servicios. Pero si no se te ocurre nada, dale una mirada a las fotos de abajo. ¡No me echen la culpa a mí por la naturaleza gráfica de las imágenes! Yo solo estoy poniendo un ejemplo, la culpa la tienen los romanos.
Intentemos de plantear un ejemplo de tokens más reciente (ya puedes dejar de ver las monedas romanas). Ese cartón que está enmarcado en la casa de tus padres, tu diploma de graduación, es un token. El cartón (una cosa) está hecha para representar que has acabado exitosamente tu carrera (otra cosa). Sirve para que la siguiente persona que te contrate pueda verificar en la base de datos de tu universidad que lo que dices es verdad. Caso contrario, si es que no existieran los tokens, o en este caso, los certificados, tendrían que llamar a la universidad o a tus profesores para verificar que, efectivamente, egresaste.
Bueno, si me has seguido hasta aquí, estoy bastante orgulloso de mí mismo. Vayamos a la última parte: los activos digitales. En la actualidad, la mayoría de nuestras interacciones se dan en mundos digitales. Hablamos con nuestros amigos por Whatsapp, tenemos llamadas por Zoom en simultáneo con gente de alrededor del mundo, jugamos Fortnite con amigos que probablemente nunca conozcamos en persona y hasta incluso nos peleamos con trolls en Twitter. Nos guste o no, estamos constantemente interactuando con activos digitales pero no nos damos cuenta. ¿Por qué? Pues porque no somos los dueños de esos activos de la manera que somos dueños de nuestra ropa o de nuestro carro. Déjenme ponerles tres ejemplos de activos digitales que tenemos todos (cada uno menos evidente que el anterior):
Activos de videojuegos: todos somos gamers hasta cierto punto. Sea que juegues Fortnite en tu Playstation o Candy Crush en tu celular mientras estás en el baño, definitivamente interactúas con este tipo de activos. Es más evidente en Fornite: los skins (personajes jugables) son activos digitales. En Candy Crush, si eres como yo y has comprado poderes extra (power-ups), puedes decir que también has adquirido activos digitales.
Licencias de Software: Si alguna vez has comprado una licencia Office 365 o has pagado una tarifa mensual por la suscripción a Notion, también has tenido activos digitales.
Identidad digital y reputación: A menos que seas más inteligente que todos nosotros y hayas encontrado una manera de escapar la presión social, indudablemente tienes una cuenta en alguna red social. Con este perfil social puedes interactuar con otros usuarios y construir una reputación (ojalá que una buena). Esto también se puede considerar un activo digital. Sin embargo, esto es mucho más evidente para influencers, con millones de seguidores y alto engagement, porque es más sencillo monetizar sus atributos. Desafortunadamente, yo y mis 10 seguidores no somos el caso más óptimo para analizar.
Ahora hay que unir todas las explicaciones anteriores. Los NFTs son el registro en una base de datos digital y pública (una cosa) que representa la propiedad sobre un activo digital no-fungible (otra cosa).
PERO, ¿POR QUÉ?
Si bien has utilizado uno o todos los activos digitales mencionados en la parte anterior, realmente no te pertenecen. Con un activo que te pertenece puedes hacer lo que quieras (y esto no ocurre con tus redes sociales, o con tus skins de Fortnite). Déjame ilustrarlo con un ejemplo para que me entiendas mejor: Antes de que comenzara la pandemia compré unos pantalones geniales que nunca llegué a usar porque, bueno, la pandemia vino con unos kilos de más. Como el pantalón era mío y no tenía la opción de devolverlo, decidí regalárselo a un amigo. Algo muy parecido me pasó en otra oportunidad. Había leído un par de artículos de un periódico especializado en tecnología y quedé tan fascinado que decidí comprar una suscripción anual. Pasó un mes y me di cuenta que no había leído un solo artículo porque no tenía tiempo. El problema es que no podía hacer nada al respecto: compré algo, pero no era realmente mío (a diferencia del pantalón). Así fue como terminé con una suscripción carísima que ni siquiera estaba usando.
Si esa suscripción hubiera sido un NFT, todo sería diferente. Yo sería el propietario y podría haber hecho lo que me daba la gana. ¿Qué hubiera hecho? La hubiera vendido para recuperar al menos el 80% de lo que pagué.
Bueno, ese fue mi mejor esfuerzo para explicar qué es un NFT de la manera más simple posible. De igual manera, recuerda que no importa si lo entiendes o no. Los NFTs son infraestructura que transporta activos digitales: no están hechos para ser comprendidos, están hechos para ser usados. La belleza de la tecnología consiste en que no necesitamos entenderla para poder utilizarla. Casi todo lo que tenemos en el mundo físico es no-fungible y en el mundo virtual es igual. Los NFTs tienen la capacidad de ser cualquier activo digital que se te venga a la mente, y eso es, damas y caballeros, lo que me impulsó a renunciar a mi trabajo.
Ahora que ya tienes al menos una idea general de lo que son los NFTs, continuemos. ¡Hay todo un mundo por descubrir!